“El verdadero viaje del
descubrimiento no consiste en buscar nuevos territorios, sino en tener nuevos
ojos”. Marcel Proust
El espacio para aprender puede ser
cualquier lugar, especialmente en donde se gesta el trabajo diario y en donde
se promueve la colaboración entre quienes juegan el papel de alumnos y quienes tienen el rol de
facilitadores, mentores o maestros; lo
importante es sumarse a proyectos que reditúen en un excelente grado de
capacitación y que maximicen el talento que existe alrededor de la industria.
Dar un significado especial al valor de la evolución
constante, de la mejora incesante y de la búsqueda persistente de nuevos
caminos y soluciones podría allanar aquel que nos lleve al logro de los
objetivos y metas planteadas y deberá contener en sus principios un total
respeto hacia los intereses, capacidades y necesidades de los integrantes del
grupo que conforman cualquier tipo de comunidad.
Para los seres humanos,
agruparnos es de manera intrínseca una necesidad y a la vez una herramienta que
nos ha permitido a través de los años llevar adelante un sinfín de empresas;
una comunidad de práctica, según
Wenger, McDermott, Snyder, (2002), se define como “un grupo de personas que
comparten un interés común, un conjunto
de problemas o simplemente tienen la pasión de compartir un tema en particular
y desean profundizar su conocimiento y experiencia a través de distintos
procesos de interacción”.
Las organizaciones de alto rendimiento
a través de equipos que pueden ser de trabajo, de perfeccionamiento o de integración,
Boyett y Boyett (1998) logran activar la cultura de generar y compartir el
conocimiento y ligarlo a las estrategias que identifiquen, sistematicen y
desarrollen el capital humano en la organización y fuera de ella. Estos
equipos al conformarse bajo los paradigmas de las comunidades de práctica, trabajar de forma presencial o a distancia y
de manera sincrónica o asincrónica.
“El hecho de
que la estructura del empleo evolucione rápidamente sirve de pretexto para
afirmar que los conocimientos básicos
deberán bastar para preparar a los individuos a enfrentarse a un mundo
en constante mutación” y cuales
conocimientos serán los primordiales para las que las generaciones actuales se conduzcan
en la búsqueda incansable de respuestas, no solo para satisfacer necesidades
específicas, sino para generar cambios profundos.
“Está demostrando que la cooperación entre la
academia y la industria eleva la calidad
de la enseñanza, cuando el trabajo entre los estudiantes y los docentes plantea
problemas concretos que obligan a pasar de la esfera de las ideas a la del
mercado”, este será el lugar de aprendizaje por excelencia, en adultos y
jóvenes que identifiquen cual es su mejor lugar para trabajar.
Para que la comunidad, tanto de
aprendizaje como de práctica sea efectiva, habrá que buscar canales eficientes
para compartir información y conexiones personales, crear un repositorio
dinámico para la retención de conocimientos, crear soluciones innovadoras para
transferir las mejores prácticas, tal como lo menciona Vestal, citado por López
Falconi (2010); todo esto mediado por tecnología y facilitado su trabajo
gracias al uso del internet.
El papel de las Tecnologías de Información y
Comunicación (TICs) en conjunto con el diseño instruccional y la experiencia
ganada a lo largo de los años conforman una mezcla que deberá responder a las
necesidades de cada organización, agrupando sus necesidades pero también
compartiendo conocimientos, experiencias, problemas y soluciones innovadoras;
todo ello optimizando recursos.
Dicho de otra forma, el aporte de los paradigmas de
las comunidades de práctica es poner de relieve la importancia del aprendizaje
colaborativo, entendido como un hecho colectivo en donde la adquisición de
conocimientos es vista como un proceso de carácter social, este en
contraposición del modelo tradicional en donde el aprendizaje ocurre de forma
individual y es limitado a las capacidades personales. Así las tres premisas o
dimensiones –como el mismo Wenger las denomina- son el compromiso mutuo, la
empresa conjunta y el repertorio compartido, dando así carácter e identidad a
las comunidades de práctica e identificando diferencias sustanciales con los
equipos de trabajo o colaborativos. Estas se caracterizan por ser mucho más
flexibles y eliminar las barreras jerárquicas que se identifican en los equipos
de trabajo, sin embargo si se mantiene una estructura organizacional duradera
en la que las conexiones con otras personas brindan oportunidades de solución a
preocupaciones compartidas, problemas o simplemente profundizan conocimientos y
pericia en un área específica.
Para conformar una comunidad de práctica es
importante identificar primero cual será
la misión y los objetivos que se
persiguen; estructurar la temática y los contenidos; elaborar el diseño
instruccional de las actividades a realizar, el formato de elaboración, entrega
y socialización de conocimientos; creación de los espacios adecuados para ello
ya sean presenciales o virtuales, sincrónicos o asincrónicos; posteriormente se
abre convocatoria para los interesados y
se lleva a cabo la selección de participantes. Además es importante diseñar los
indicadores de resultados e instrumentos de evaluación para tener el proceso
completo y la pauta para iniciar ciclos nuevos.